jueves, 30 de julio de 2009

EL CONDE DE MONTECRISTO


Esta una lectura lleva a cada persona a analizar qué rumbo tiene su vida tanto a nivel personal como profesional:


Alberet Einrtein decía: “Trata de convertirte en una persona valiosa, no en un ser exitoso”. Buen aforismo, sobre todo cuando el éxito se identifica solo con adquirir poder, fama y riquezas.

Lo cierto es que hay poderosos que no valen nada, y seres humildes con un inmenso valor. La valía de un ser humano está en su sencillez más que en su grandeza; está en su amor, no en sus posesiones.

¿A costa de qué obtienen muchos el éxito? Tanta veces a costa de sí mismos y de los que dicen amar en un mundo de espejismos. Por eso me gusta un pasaje de Alejandro Dumas que muestra el Conde de Montecristo como un ser rico en dinero, pero pobre en amor y, claro, no es feliz.

Se consume en el fuego de la venganza, y en cierto momento su asistente le dice: “Quieres que te proteja de tus enemigos, pero veo que tengo que protegerte de ti mismo. Deja de odiar y dedícate a amar” dijo San Agustín.
Tomado de: GALLO Gonzalo, Muy buenos días. Cali. 2008.

Al comenzar a dar las bases para que la persona deje huella en la existencia en este mundo se le debe enseñar que de ser valiosa y no exitosa.

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